Basta de poner mala cara a los miembros viriles que erectos no van más allá de 12 centímetros...

Con estos se pueden hacer maravillas y ofrecen cosas que los grandulones no podrían igualar:

1.- Con un pene pequeño se realizan sin temor esas posiciones  que tanto duelen. Las mejores poses son las laterales, en las que el hombre penetra por atrás, o bien, aquellas en las que ambos están boca abajo.

2.- Si aparte de pequeño es grueso ¡te sacaste la lotería!: son buenísimos para estimular las paredes del primer tercio de la vagina donde se encuentra el mayor número de terminaciones nerviosas. Ir más allá de esta zona es un lujo que podría convertirse en dolor.

3.- Nada mejor que un pene pequeño para el sexo oral. Piénsalo así, por primera vez podrás tener un falo completo en la boca sin sentir que te ahoga, y créeme tu mandíbula lo agradecerá.

4.- ¿Has pensado en practicar sexo anal pero te da miedo?, pues qué te cuento,  mirar un tamaño “amigable” relaja los nervios y ya en los hechos, todo fluye con mayor facilidad; obvio no dejes de pedir lubricante y estimulación previa.

5.- A la hora de la masturbación, estos penes son súper maniobrables, te facilitará satisfacer a tu chico y realizar circo, maroma y teatro.

6.- De acuerdo con un estudio, los hombres con pene grande se muestran menos abiertos a satisfacer a su pareja, en comparación de aquellos que han tenido que trabajar por el placer del otro para compensar la falta de centímetros. Es decir, mientras los grandes se sienten merecedores de todo, los chicos buscan merecer.

¿Entonces, te animas a darles una oportunidad?

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